Friday, July 31, 2020

Ruta De Senderismo – Desde La Piscifactoría Hasta La Laguna De Valdeazores

No es porque sea mi tierra, pero las fotos hablan por sí solas. Esta es una de las rutas más emblemáticas de la provincia de Jaén. Durante su recorrido te adentrarás en un paisaje de cuento de una belleza extraordinaria y que tendrá como premio final la espectacularLaguna de Valdeazores, la única laguna natural que hay dentro del Parque Natural de Cazorla. Existen dos itinerarios distintos para llegar hasta la laguna. El más conocido es el que parte de la pista de las Navas, a la altura de Collado Bermejo. Pero para un coche bajo, el acceso al punto de inicio de ruta es un poco difícil. El otro, más sencillo, es el que comienza en la Piscifactoría del Río Borosa. Allí se encuentra la cafetería Borosa Entrepeces y hay un amplio aparcamiento y una fuente. Tramo I: Piscifactoría – Cerrada de Elías – Central Hidroeléctrica (7'2 km) Una vez dejado el coche, a unos cien metros verás la piscifactoría, que cuenta con varias piscinas para la cría de la trucha. Un poco más adelante tienes el puente que cruza el río, un quiosquillo y el cruce con la señal de inicio de ruta a la derecha. A partir de aquí ya no puede pasar ningún coche. Esta primera parte del camino consiste en una pista ancha que sigue el curso del río y el trazado del GR7. No tiene ninguna dificultad, porque es prácticamente llana. Al poco de empezar, verás la Fuente de los Astilleros, otra gran fuente de dos caños cuya agua te sabrá a gloria, sobre todo a la vuelta. Si estás atento al río, cuando lleves algo más de un kilómetro andado, a tu derecha aparecerá un pequeño salto de agua. Se trata del caudal del Arroyo de las Truchas, que aquí se une a río Borosa. La visión es increíblemente bella.   El amplio camino acaba en otro puente de piedra: el Puente de los Caracolillos. Hay que cruzarlo, dejando a la derecha el GR que va hacia Vadillo. Detente un poco para observar los grandes pliegues de la Sierra del Pozo. En este punto es donde se encuentra el más espectacular. Continuando por una senda más estrecha (Vado Rosales) llena de madroños, pronto cruzarás el río de nuevo y llegarás a la increíble Cerrada de Elías, una senda con algunas barandillas que sigue por otro puente hasta llegar a la zona de pasarelas. Justo cuando cruzas el puente tienes dos fuentes y comienza el recorrido por la zona más estrecha de la cerrada. Fíjate en las paredes de la roca. Están llenas de pinguicula vallisneriifolia, una planta carnívora conocida como grasilla y que es endémica de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas. Para mí, ésta es la parte del recorrido más espectacular. Y sí, aunque no lo parezca, sigues en Jaén. Dejando la cerrada atrás, cuando lleves unos 6 km andados desde el inicio, te podrás refrescar en la Fuente de Huelga Nidillo antes de continuar hasta la Central Hidroeléctrica. La central se construyó en los años treinta para suministrar electricidad a varios pueblos de la comarca utilizando una conducción de agua que lleva desde el Embalse de Aguas Negras hasta sus turbinas. Aquí puedes ver unas cuantas casillas que antiguamente servían de alojamiento turístico, pero ahora están prácticamente abandonadas. Justo en frente tienes la última fuente del recorrido. Ya no vas a encontrar más. Descansa un poco junto a ella y llena tu botella de agua antes de enfrentarte a la parte más dura del recorrido: la subida hacia los Túneles del Borosa. Tramo II: Central Hidroeléctrica – Túneles del Picón del Haza de Abajo Aquí el camino empieza poco a poco a tener más desnivel. No pierdas de vista el río, porque pronto te encontrarás con una de las cascadas más bonitas del recorrido: la Cascada de la Calavera. Aparece a la derecha, detrás de un pino solitario que llama la atención por su belleza y su emplazamiento. Sólo te tienes que desviar del camino principal medio minuto y allí tendrás la cascada. De vuelta al sendero pedregoso, la subida empieza ya a hacer un poco de daño. Sobre todo, si vas en verano. No hay ni una sombra hasta que llegues a los túneles. A
Related news

El Militarismo De Lorenzo Latorre 1876-1880

El camino hacia el militarismo
Junto a las discrepancias políticas entre caudillos y doctores, principistas o "netos", la nueva crisis de la república hay que buscarla en las medidas económicas adoptadas por el gobierno de Varela. El sostenido déficit de la balanza comercial y el incontrolable endeudamiento del Estado condujeron a Varela a continuar con la política de inconversión y a seguir endeudándose con bancos cursistas prácticamente en quiebra, como el Mauá. Al igual que en el 68, la sacudida financiera conmocionó al país. El año 1875 fue conocido como el "año terrible". Las clases conservadoras respondieron con el bloqueo unánime a todo crédito que no se formalizara con respaldo en oro. Cuando esto no pareció suficiente, buscaron la intervención directa del ejército en el gobierno, a fin de garantizar el orden necesario para sus negocios.
El orden tenía nombre y era el de Lorenzo Latorre. El ministro de Guerra había dado muestras de desaprobar la política financiera de Varela, su anterior protegido, y aceptó la propuesta que le presentaron la clase alta rural, el alto comercio y la banca orista.
¿Quién era Lorenzo Latorre?
Lorenzo Antonio de la Torre Jampen, nació en una familia de origen humilde. Su madre uruguaya y su padre Lorenzo, gallego, trabajaba como funcionario de la Aduana y en un pequeño local comercial. No pudo terminar sus estudios debido a que a los catorce años comenzó a trabajar como mandadero. Se enfrentó con su padre por diferencias en cuanto a las divisas.
Cuando abandonó su hogar paterno se unió a las fuerzas comandadas por Venancio Flores. Realizó la carrera militar rápidamente. Empezó como Alférez en el Batallón de Infantería "Florida" y luego de la victoria de Venancio Flores fue ascendido al cargo de Teniente 2º, con el que participa en la Guerra del Paraguay en 1866. Dos años más tarde, participó contra la Revolución de las Lanzas de Timoteo Aparicio. En 1872, se casó con Valentina González, con quien tuvo nueve hijos. 
En 1875, Latorre participó en el control de los trágicos hechos del 10 de enero, que provocaron el alejamiento del Presidente. Cuando asumió Pedro Varela, fue designado Ministro de Guerra y Marina, desde donde su influencia se hizo más notoria. Tenía tal influencia que ese mismo año una multitud perteneciente a las clases altas de la ciudad y a los grandes hacendados lo fue a buscar a su domicilio para pedirle que asumiera el control del Gobierno. Lorenzo Latorre que tenía 31 años de edad aceptó la responsabilidad y prometió un "gobierno honrado que marche con la opinión del pueblo".
Su gobierno militar fortaleció el papel del Estado y aceleró el proceso de modernización de Uruguay, aunque son discutidos los métodos utilizados para el establecimiento del orden, por ejemplo el trato que recibían los detenidos en el "Taller de Adoquines". En marzo de 1879, asumió como Presidente Constitucional aunque un año más tarde abandonó su cargo por la falta de apoyo de algunos sectores económicos.
Cuando renunció, se retiró primero a Yaguarón y más tarde a Buenos Aires donde se estableció en 1881. El 18 de enero de 1916, murió Latorre en una quinta cerca de Buenos Aires, a los 72 años de edad. En mayo de 1975 sus restos fueron repatriados por el gobierno militar y enterrados en el Panteón Nacional.
Gobierno de Latorre
Pese a su extracción colorada, Latorre no hizo un gobierno de partido. Salvo su ministro de Guerra, el gabinete estaba compuesto por civiles; igualmente, para ahorrar, redujo el número de efectivos de la tropa. Ejerció en cambio un poder discrecional fuera del marco de la Constitución y de la ley, reprimiendo con dureza a la prensa y a la oposición y desconociendo al Poder Judicial y las garantías individuales
La combinación de autoridad y nuevos recursos trajo aparejado un fortalecimiento del aparato estatal. Por primera vez el gobierno contó con armas superiores a las de sus posibles adversarios: los caudillos. Profesionalizó el Ejército e impuso el monopolio del Estado en la utilización de los fusiles Máuser y Remington, lo que le permitió el control de las revoluciones y de los caudillos. Por otra parte, la fragmentación del poder producida por la dificultad de comunicaciones remitió ante la extensión del servicio de correos y la incorporación del telégrafo, que permitía al Poder Ejecutivo contactarse a diario con los jefes políticos. Los brotes revolucionarios podían detectarse así en sus inicios y, gracias a la ampliación de la red ferroviaria, el Ejecutivo podía mandar rápidamente tropas a cualquier parte del país.
En otro orden de cosas, la administración se modernizó: jueces letrados en los departamentos; creación de registros públicos para tareas antes desempeñadas por la Iglesia; importantes codificaciones en materia civil, criminal y rural.
Por último, la ampliación de la esfera de acción estatal se reflejó en la Ley de Educación Común de 1877, que instituyó la enseñanza pública gratuita, obligatoria y parcialmente laica.
Terminado su mandato como gobernador provisorio, fue electo presidente por la Asamblea General. Esta, a su vez, había sido elegida con la abstención de la oposición. El período del nuevo presidente constitucional debía abarcar 1879-1883, pero apenas al año de haber asumido, Latorre renunció. La explicación del dictador fue que los orientales eran "ingobernables".

Related articles

  1. Lifestyle Blogs
  2. Viaje Spanish To English
  3. Lifestyle Young Thug Lyrics
  4. Curiosidades Uruguay
  5. Curiosidades França
  6. Curiosidades Japão
  7. Curiosidades Will Y Grace
  8. Lifestyle Lift
  9. Lifestyle Vlog Ideas
  10. Lifestyle 360 App
  11. Viaje Seguro
  12. Thirteen Reasons Why Curiosidades
  13. Curiosidades Mundo Animal
  14. Lifestyle For Pets
  15. Curiosidades Now United
  16. Viaje Wmd
  17. Curiosidades Sobre Portugal
  18. Curiosidades 2001 Odisea En El Espacio
  19. Curiosidades 747
  20. Curiosidades 25 De Abril
  21. Lifestyle University
  22. Cuota 0 Viaje Egresados
  23. Lifestyle App
  24. Lifestyle Synonym
  25. Curiosidades Zoey 101
  26. Lifestyle Block
  27. Curiosidades Biblicas
  28. Viaje Sin Rumbo
  29. Curiosidades Do Mundo
  30. Lifestyle Near Mg Road
  31. Curiosidades Friends
  32. Viaje Uber
  33. Viaje Perdido
  34. When Is Lifestyle Sports Reopening
  35. Lifestyle 190 Complete Glass Aquarium
  36. Lifestyle Asia
  37. Curiosidades Tortugas
  38. Curiosidades Velozes E Furiosos
  39. Viaje Lleva Tilde
  40. To Lifestyle Synonym
  41. Viajes
  42. Can Lifestyle Have An Effect On Schizophrenia
  43. Curiosidades Bolivia
  44. Lifestyle 88
  45. Can Lifestyle Vouchers Be Used Online
  46. Lifestyle Furniture Iom
  47. Curiosidades Mexico
  48. Lifestyle Zoom
  49. Viaje Del Cliente
  50. Curiosidades Australia
  51. Lifestyle Of The Rich And Famous Lyrics
  52. Curiosidades 25 De Abril
  53. Curiosidades Mundo
  54. Curiosidades Karl Marx
  55. Lifestyle Begumpet
  56. Other Words For Viaje

Pedro Loefling, Un Botánico Sueco A Sueldo De La Corona Española (1751-1756)




          Carl Linnaeus (1707-1778) –latinizado como Carolus Linnæus; más tarde, ennoblecido, cambió su nombre a Carl von Linné, que latinizó como Carolus a Linné– estaba firmemente convencido de que tenía la misión de poner orden en la Creación. Se le atribuye la frase "Deus creavit; Linnaeus disposuit". En pleno siglo XVIII, el de las exploraciones de nuevos países y territorios, la llegada de nuevas plantas a Europa era constante. Linneo elaboró ​​un sistema que permitía asignar fácilmente un nuevo espécimen a un grupo concreto y ponerle un nombre, contando únicamente el número de estambres y de carpelos. Al mismo tiempo estableció y fijó el método de nomenclatura binomial que, al separar el nombre de la descripción, facilitaba su memorización. La comprensibilidad y simplicidad del método contribuyeron a que tuviera una rápida difusión y una gran aceptación. Pero el objetivo era conocerlo "todo" en "todo" el mundo, y Linneo era consciente de que la cantidad de plantas todavía desconocidas era muy grande. Para descubrirlas, lo mejor era enviar gente preparada a explorar los nuevos territorios. Con esta misión sus discípulos –apóstoles los llamaba– salieron en todas direcciones: América del Norte, Japón, China, Egipto, África del Sur, India ...


            Ya en 1735, Linneo se había lamentado del desconocimiento de la flora española y de la incultura botánica en España, añadiendo además que las únicas aportaciones las había hecho el francés Joseph Pitton de Tournefort. Parece que esta afirmación se la tuvieron que escuchar alguna vez los embajadores españoles e, incluso, el Ministro de Estado, José de Carvajal y Lancaster (1698-1754) por parte de un grupo de aristócratas ingleses de paso por Madrid. Así, en 1750, Carvajal, mediante el embajador en Suecia, se pone en contacto con Linneo y le pide que envíe un discípulo suyo a España. El escogido fue Pehr Löfling (1729-1756) –latinizado Petrus Loefling–, que había ido a estudiar medicina a la Universidad de Uppsala, donde descubrió la botánica de la mano de Linneo. Era un estudiante con grandes aptitudes para la botánica y, ante las dificultades económicas por las que pasaba, Linneo se lo llevó a vivir a su casa, con la idea de echarle una mano, pero también para que, como tutor de su hijo, estimulara el interés de esté por las plantas. Llegó a ser su alumno predilecto, y le asistió como secretario cuando Linneo tuvo que guardar cama enfermo de reuma.

El viaje de Loefling comienza el 16 de mayo de 1751, embarcando hacia Portugal. Hacen escala en Oporto y desembarca en Setúbal a finales de septiembre, desde donde va a Lisboa. El viaje hasta Madrid lo hace con Louis Godin, uno de los matemáticos recién llegado de América, que había participado en la expedición de La Condamine. Van hacia Madrid por Badajoz, Mérida, Trujillo y Talavera de la Reina y llegan a la capital el 20 de octubre. Se presenta en el Escorial ante José de Carvajal, Secretario de Estado y promotor de su viaje, y entra al servicio de la Corona española con sueldo y cargo de botánico. En Madrid, rápidamente contacta con los botánicos de la capital, todos ellos boticarios o médicos, buenos conocedores de plantas, pero que no habían publicado gran cosa todavía. El grupo lo formaban Joan Minuart (1693-1768), Josep Quer (1695-1764), José Ortega (1703-1761), Miquel Barnades (1708-1771) y Cristóbal Vélez (c. 1710-1753). Según refiere Loefling, parece que las relaciones eran muy buenas con Minuart y Barnades, cordiales con Ortega y Vélez y de una cierta frialdad con Quer. Pronto comprende que estar al servicio de la Corona implica graves limitaciones de movilidad, porque necesita permisos para salir de la Corte. En los dos primeros años las herborizaciones están limitadas a las afueras de Madrid, y las salidas a Aranjuez, San Fernando –donde tiene el jardín Barnades– o Ciempozuelos son acontecimientos extraordinarios; prepara viajes a Toledo o San Ildefonso, pero no dice nada más de ellos y probablemente no los llegó a hacer. En cualquier caso, sus colegas españoles le cedieron plantas que herborizaron en diversos viajes, mientras él permanecía en Madrid: Barnades de Pirineos, Minuart de las montañas de Castilla o Vélez de Andalucía y la Mancha.

Ya desde su llegada a Madrid, José de Carvajal le había comunicado que el objetivo final eran las provincias americanas. A finales de agosto de 1753 tiene la confirmación de que él será el jefe del equipo de historia natural, formado por dos médicos recién licenciados –Benito Paltor, nacido en los Pirineos según Loefling, y formado en Valencia, y Antonio Condal, de Barcelona– y por dos jóvenes dibujantes –Bruno Salvador y Juan de Dios Castel. Todos ellos formarían parte de una expedición hacia América, pero con destino aún desconocido. A mediados de octubre se dirigen todos hacia Cádiz, pero el embarque se aplaza y Loefling aprovecha para explorar el Puerto de Santa María. Gracias a la demora, le llega a tiempo el primer volumen de Species Plantarum de Linneo para llevárselo a América. Entonces ya saben que forman parte de la expedición de la Comisión de Límites comandada por el capitán José de Iturriaga, con destino al puerto de La Guaira, y con órdenes de remontar el Orinoco, para llegar a Bogotá, Quito, Lima y a todo el Perú. Zarpan de Cádiz el 15 de febrero de 1754 y desembarcan en Cumaná –actual Venezuela– el 11 de abril. A Linneo tan solo le llegaron dos cartas desde América, del 18 de abril y del 20 de octubre. En la última, Loefling le comenta los progresos botánicos en los alrededores de Cumaná: en unos diez meses han colectado unas 600 especies, casi todas ya determinadas, con descripciones detalladas de unas 250, de las que una treintena corresponden a géneros nuevos. Al mismo tiempo le anuncia también lo que será el gran problema de los expedicionarios: los primeros ataques de fiebres.

Loefling murió de paludismo en la Guyana, en la misión de San Antonio de Caroní, el 22 de febrero de 1756. Tan sólo había podido herborizar entre Cumaná y Barcelona. Mientras vivió, el equipo de historia natural funcionó adecuadamente, pero al poco tiempo de morir él, Condal desertó y, en agosto de 1757, también lo hizo Paltor, al sentirse despreciado y degradado por Iturriaga. La Comisión de Límites fue en sus inicios un auténtico desastre, con un importante retraso y muchas muertes por enfermedad. El carácter y las decisiones de Iturriaga y su enfrentamiento con el gobernador de Cumaná, que tenía una actitud claramente obstruccionista, tampoco ayudaron a mejorar la situación. Hasta que no se hizo cargo José Solano, no lograron remontar el Orinoco y penetrar por el Casiquiare. Tan sólo lograron llegar a los enclaves portugueses del Río Negro en 1759. La Comisión se disolvió oficialmente en 1761.

            La imagen que nos llega de Loefling es la de un joven completamente entregado al estudio de las plantas, pero sin renunciar a las otras ramas de las ciencias naturales. Así, después del viaje desde Suecia, envía a Linneo un listado y observaciones sobre algas o, en la espera para embarcar en Cádiz, hace un estudio muy completo de los peces de la bahía; entremedias publica también unas observaciones sobre corales, describe un escarabajo pelotero o el pulgón de la cornicabra y, con Barnades, se dedican a la descripción de aves. Pero son las plantas lo que más le impresiona e interesa. Nada más llegar a Portugal busca el famoso drago que había visto Clusius en 1564 o la palmera canaria, y también se sorprende ante plantas americanas aclimatadas, como los agaves o las chumberas. Reconoce muchas de las plantas autóctonas, pero pronto se da cuenta de la diversidad y complejidad de algunos grupos de plantas ibéricas como las cistáceas o las pequeñas cariofiláceas anuales, a las que dedicaría buena parte de sus esfuerzos durante los años siguientes. También experimenta por si mismo el triste sino de los botánicos mediterráneos en busca de las plantas anuales de primavera: un año aparecen por todas partes y en cantidades abrumadoras, y al año siguiente apenas si se encuentran unos pocos pies raquíticos. Las plantas son su centro de interés y están omnipresentes en todo el relato. No hay que olvidar, sin embargo, que el texto de su estancia en España está formado por las cartas dirigidas a Linneo, y lo que aparece son sobre todo listas de plantas recolectadas y comentarios sobre determinaciones o problemas taxonómicos. También figuran noticias sobre las relaciones con los botánicos y políticos españoles, sobre la colonia extranjera en la capital o sobre los otros discípulos de Linneo dispersos por el mundo. Durante los años en Madrid, busca en todo momento la aprobación de Linneo y las enseñanzas que éste le pueda aportar, pero durante el periplo americano adquiere ya total autonomía. En cualquier caso, Linneo "editó"* las cartas de Loefling para evitar susceptibilidades con los botánicos madrileños, e incluso halagarles, sobre todo pensando en Joseph Quer, uno de los hombres de pro de la Corte, e irreducible tournefortiano.

La versión en castellano de Ignacio de Asso (1742-1814) sólo contiene la traducción del prefacio y del diario del viaje, en sueco en el original. El prefacio es obra de Linneo y es una semejanza y alabanza de la vida y méritos del discípulo. El diario de viaje lo editó Linneo, según dice en el prefacio, a partir de las cartas que le envió Loefling durante su estancia en Portugal y España, a las que añadió algunas descripciones de plantas singulares. También incluyó un extracto de los manuscritos que le llegaron del período americano. El texto en español contiene a menudo notas a pie de página y todas parecen obra de A.J. Cavanilles (1745-1804), editor de botánica de la revista. El original de 1758, el Iter hispanicum, contiene además una parte, en latín, dedicada a la descripción de plantas españolas y otra parte de plantas americanas, así como algunos apéndices e índices finales más.


Observaciones de Historia natural hechas en España y en América por Pedro Loefling: traducidas del Sueco, según la edición de Cárlos Linneo, por D. Ignacio de Asso. Anales de Ciencias Naturales 3: 278-315 (1801); 4: 155-191, 324-339 (1801); 5: 82-104, 296-340 (1802). [Disponible en Biblioteca digital del RJB; reimpreso en Memorias de la Real Sociedad Española de Historia Natural 5: 11-134 (1908), disponible en Biblioteca digital del RJB].

Petri Loefling Iter hispanicum, eller resa Til spanska länderna uti Europa och America, förrätad ifrån År 1751 til År 1756, med beskrifningar och rön öfver de märkvärdigaste växter, utgifven Efter dess Frånfälle af Carl Linnaeus. Stockholm, Ṫryckt på Direct. Lars Salvii Kostnad (1758). 316 p. [Disponible en Biblioteca digital del RJB y en Internet Archive]


* Para entender mejor la purga que hizo Linneo de la correspondencia de Loefling, ver G. López González(1990). La obra botánica de Löfling en España, pp. 33-49. In: F. Pelayo. Pehr Löfling y la Expedición al Orinoco, 1754-1761. Madrid, CSIC. 190 p.


Edición del texto por Edith Castells y Pilar Pérez Ramón.
 

Related articles